La F. I. G. y el maquillaje

A veces la F. I. G. tiene unas caídas que ni un bombero retirado.

No he sido capaz de encontrar la fuente oficial de la Federación pero hace unos días, durante el mundial de Doha, la gimnasta neerlandesa Céline van Gerner colgó un twit donde mostraba capturas de pantalla de lo que se supone que es algún tipo de documento que contiene normas de conducta para los gimnastas:

fuente

El texto de la imagen dice así:

La pintura facial no está permitida, todo maquillaje debe ser modesto y no puede retratar ningún personaje teatral, animal o humano.

La aludida, por su parte, comenta en el twit:

Acabo de llegar de Doha. Me siento honrada de ser la PRIMERA, la ÚLTIMA y la ÚNICA en la historia que salió al escenario completamente caracterizada. Me siento bendecida.

Y decimos la aludida, porque esta supuesta norma está claramente motivada por el maquillaje con el que Céline  salió al tapiz en la final de suelo del pasado Campeonato de Europa de Glasgow. Su rutina estaba inspirada en el musical Cats, la música era la del musical, su maillot imitaba el pelaje de un gato y, evidentemente, su peinado y su maquillaje debían acompañar, por lo que se pintó la cara como un gato y se recogió el pelo en dos moños simulando las orejas:

No entiendo por qué la Federación internacional de gimnasia incurre ahora en esta contradicción. Quieren que las gimnastas empaticen con la música del ejercicio y la interpreten, pero no quieren que se pinten la cara para meterse en el papel y hacer del ejercicio un espectáculo completo.

Permiten el maquillaje modesto pero no la pintura facial. ¿Qué es modesto? ¿Quién dibuja la línea entre lo modesto y lo pretencioso? ¿Y entre el maquillaje y la pintura?

Permiten los tatuajes pero no la pintura facial. ¿Por qué si es permanente sí pueden llevarlo pero si es temporal no? ¿Y si algún gimnasta lleva la cara tatuada? ¿No podría competir?

Incluso Stephen Colbert hizo burla de lo absurdo de la norma en su programa Late Show with Sephen Colbert, de la CBS:

Realmente se metió en el papel. De hecho, al final del ejercicio, cazó y se comió un ratón.  [...] Afortunadamente, aún estoy autorizado a pintarme la cara mientras veo la gimnasia.

Seguramente veremos esta absurda norma en el próximo boletín de noticias de las F. I. G. ¿O después de todo el revuelo en Twitter, prensa digital e incluso televisión decidirán echarse para atrás? Desde luego, no tiene ni pies ni cabeza.


Imagen principal: Julian Finney (Getty)