¿Qué podría haber sido de L. A. 84 si no hubiera sido boicoteado?

12:07

Fuente: gymblogcentral


¿Os imagináis un idílico mundo en el que Estados Unidos hubiera decidido no boicotear los Juegos Olímpicos de Moscú 80 y, por consiguiente, la Unión Soviética hubiera decidido enviar a sus atletas a los de Los Ángeles 84? No, ¿verdad? ¿Y seríais capaces de imaginaros cómo se habría desarrollado la competición de gimnasia si dicho boicot no se hubiese llevado a cabo y todas las grandes potencias hubiesen participado? ¿Le damos un poco a la imaginación?

En primer lugar, la que hasta hacía bien poco había sido la reina indiscutible de la gimnasia, Nadia Comaneci, ya estaba retirada, por lo que alguien debía ocupar su puesto en el trono. Todo el mundo esperaba que ocurriera lo lógico, que fuera su compatriota Ecaterina Szabo la que la reemplazara. Sin embargo, esta no lo logró, sino que fue la estadounidense, la siempre sonriente Mary-Lou Retton, la que se llevó la gloria. Lo cierto es que, si analizamos bien, el oro fue para Rumanía, pues los entrenadores de Retton eran el matrimonio formado por Bela y Marta Karolyi, los que habían sido entrenadores de la legendaria Nadia.

Ambas protagonizaron un duelo épico en la final individual, que se decantó en el último aparato por Mary Lou. Pero, ¿se habría convertido Retton en leyenda norteamericana si hubieran participado los países que no lo hicieron?


Recordemos que todos los países del bloque del este (excepto Rumanía), decidieron no asistir, esto es: Afganistán, Albania, Alemania Oriental, Angola, Bulgaria, Checoslovaquia, Coreal del norte, Cuba, Etiopía, Hungría, Irán, Laos, Libia, Mongolia, Polonia, Unión Soviética, Vietnam y Yemen del sur.

Grandes aspirantes ausentes fueron Maxi Gnauck, por parte de Alemania oriental, Boriana Stoyanova, de Bulgaria, o el equipo completo de la Unión Soviética. Analicemos los resultados del Campeonato del mundo del año anterior:





La Unión Soviética ocupó los dos primeros cajones del podio, dejando el tercer lugar para Szabo. La tercera soviética quedó quinta. Dos bulgaras y una alemana oriental hacen que, de las diez primeras clasificadas del mundial, cinco estuvieran ausentes en los juegos, que acabaron así:


Sorprende ese subidón de las chinas, que metieron a sus tres gimnastas entre las diez primeras, cuando el año anterior solo habían colocado una. Las gimnastas de los países ausentes, por su parte, participaron en una competición con un nombre para nada pretencioso: los Juegos de la amistad, donde el equipo soviético barrió por donde pasó, llevándose el oro por equipos, individual y casi todos los aparatos (el único que no ganó Olga Mostepanova lo ganó Maxi Gnauck). Analicemos ese equipo soviético:

Natalia Yurchenko, Olga Mostepanova y Tataiana Frolova, que el año anterior hicieron un gran mundial quedando, respectivamente, primera, segunda y quinta. Y, por otro lado, Natalia Ilienko, Elena Shushunova, que el año siguiente ganaría el mundial, e Irina Baraksanova, que tuvo una carrera fugaz, pero era una delicia ver sus puntas y su elegancia.

La competición fue, sin duda ninguna, para Olga Mostepanova, que obtuvo un pleno de dieces en la competición individual y se llevó tres oros por aparatos. ¿Habría cuajado Olga tan buena competición en Los Ángeles de haber ido? ¿Se habría colado Maxi en la pugna por las medallas? ¿Habría sido tan emocionante la competición, u Olga habría arrasado?

Por otro lado, tenemos la competición por equipos. Fue un chasco, ya que la emoción por equipos era ver el duelo entre Rumanía y la Unión Soviética. Con cada país compitiendo por un lado, obviamente los dos se llevaron el oro. Pero, ¿quién habría ganado de haberse enfrentado? El mundial del año anterior fue para las soviéticas, y en 1984 estaban intratables, seguramente podrían haberse adelantado. 






Por otro lado, tenemos la duda de si Estados Unidos habría subido al podio de haber estado Alemania, o si por el contrario habría sido China la ganadora del bronce. Y, sobre todo, ¿habría podido colarse España en la competición? Nunca lo sabremos, pero oye, ahí estuvo España.







Por otro lado, tenemos la competición masculina, donde la Unión Soviética no tenía rival, lo que permitió a Estados Unidos reunir un extraordinario equipo que supo aprovechar dicha ausencia. Pero no nos engañemos, en cada competición donde se enfrentaban ambos países, los soviéticos les sacaban a los estadouidenses puntos y puntos de distancia. 



Sin embargo, en el mundial del año anterior, el oro se lo llevó China, lo que hace aún más meritoria la gesta norteamericana. ¿Cómo habrían quedado los puestos de medalla entre Unión Soviética, China, Estados Unidos y Japón? ¿Cuál se habría quedado fuera? También habrían cuajado un buen papel Bulgaria, Alemania y Hungría.







En cuanto a la competición individual, ¿había rival para Dmitri Bilozerchev? Me atrevería a decir que no. Aunque creo recordar haber leído que el chino Li Ning se consideraba a sí mismo mejor que Bilozerchev. Un duro competidor sí, pero mejor no.

Los estadounidenses, pese a la gesta por equipos, no consiguieron colocar, por bien poquito, a Peter Vidmar en el oro, que se llevó el japonés Kogi Gushiken (en lo que parecía una pequeña vuelta al dominio japonés que hasta hacía no mucho había reinado). Li Ning, pese a la ausencia de Dmitri, fue tercero.

¿Habrían hecho pleno los soviéticos en Los Ángeles como hicieron en los Juegos de la amistad? ¿Podría haber sido el oro olímpico que Bilozerchev merecía y que nunca llegó a conseguir? El año anterior se había convertido en el campeón del mundo más joven de la historia con una superioridad arrolladora sobre el que luego resultó ser el campeón olímpico.

El resto del equipo lo formaban Vladimir Artemov, eterno segundo que al final obtuvo su premio en Seúl, Yuri Balabanov (D. E. P.), que personalmente es mi gimnasta favorito de todos los tiempos y me da muchísima pena que por culpa del boicot se quedara sin acudir a unos Juegos Olímpicos cuando esaba en un estado de forma extraordinario, Stepan Martsinkiv, Alexander Tumilovich y Alexander Pogorelov. Otro notable ausente fue el alemán Sylvio Kroll, aunque no tuvo una buena competición en los Juegos de la amistad y quedó en el puesto 19.

En resumen, es absurdo intentar averiguar y elucubrar qué habría pasado o quién habría ganado, pero lo que es seguro es que dividir la competición en dos eventos diferentes hizo que esta perdiera mucho nivel, aunque en ambas por separado fuera altísimo. Habría sido bonito poder verlo.



Bibliografía:

Todas las imágenes y resultados tomados de Gym Forum.

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