No me seas pelota: la música en suelo
22:38
Tras más de un mes sin wifi debido a la mudanza, pido perdón y continuamos.
Aunque es un fenómeno que suele darse más en gimnasia rítmica, las
chicas de artística también suelen aprovechar la música de sus
ejercicios de suelo para hacer un pequeño guiño a la ciudad o país donde
están compitiendo.
Y es que elegir una música local tiene sus ventajas: hace que el público se sienta identificado y conecte en todo momento con el ejercicio. Y tener al público a tu favor es una ventaja notable.
¿Y trae esto consecuencias positivas en la nota? Realmente no, pues cada juez es de un país y, además, se supone que son imparciales. Pero quizá en la nota E sí que pueda suponer un pequeño impulso, en tanto en cuanto la concentración de la gimnasta se supone mayor. Quiero decir, no es lo mismo una grada callada, aburrida, que una grada que disfruta y jalea lo que estás haciendo.
Y ya cuando la gimnasta es del mismo país donde se está compitiendo y elige su propia música, el pabellón de puede venir abajo.
Y es que elegir una música local tiene sus ventajas: hace que el público se sienta identificado y conecte en todo momento con el ejercicio. Y tener al público a tu favor es una ventaja notable.
¿Y trae esto consecuencias positivas en la nota? Realmente no, pues cada juez es de un país y, además, se supone que son imparciales. Pero quizá en la nota E sí que pueda suponer un pequeño impulso, en tanto en cuanto la concentración de la gimnasta se supone mayor. Quiero decir, no es lo mismo una grada callada, aburrida, que una grada que disfruta y jalea lo que estás haciendo.
Y ya cuando la gimnasta es del mismo país donde se está compitiendo y elige su propia música, el pabellón de puede venir abajo.
En todo caso, considero que nunca se debe sacrificar la interpretación a favor de una música local. Si el estilo de la gimnasta no casa con el folclore del país, mejor elegir un tema que se adecúe a la atleta y no a la grada.
Veamos ahora una recopilación de gimnastas que optaron por elegir una música local para homenajear al anfitrión del torneo:
Elena Naimushina (que por cierto, nos ha dejado este año), en Moscú 80 echó abajo el pabellón con Kalinka. Una rusa en Rusia con música rusa, ¿qué más?
En Barcelona 92, Svetlana Boginskaya eligió a los Gipsy Kings que, aunque franceses, hacen flamenco-rumba en español:
Y Tatiana Lysenko y su malagueña:
Simone Biles utilizó samba en Rio:
Y por último, tenemos el ejemplo contrario (y mi favorito). Gabby Douglas, o cómo convertirse en campeona olímpica en Londres con el Pa panamericano:
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